Una exhortación a las autoridades del país para que conduzcan con certeza los destinos de la nación y no vacilen en expresarse en la defensa y promoción de los grandes valores que forjaron nuestra nacionalidad, formuló hoy el presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, en su mensaje por Fiestas Patrias.
“Al cumplirse 189 años de la Independencia del Perú, quiero reafirmar, desde nuestra fe en Dios, la esperanza en la fortaleza de todos los peruanos por hacer de esta Nación un país más grande, solidario y unido, porque la situación actual requiere una actitud generosa de parte de todos los peruanos”, manifestó.
El también arzobispo de Trujillo remarcó que corresponde a todos seguir construyendo un Perú con una clara determinación hacia un cambio cualitativo, para que “esta tierra -que nos vio nacer y a la que Dios, Nuestro Padre, nos llama a servir y no a servirnos de ella- se convierta en una auténtica Nación Peruana”.
“A la luz de la fe, soy consciente de que vivimos tiempos de cambios profundos, que junto a tantos logros traen también grandes desafíos. Urge tomar medidas frente al deterioro de la convivencia social producido por el incremento de la inseguridad ciudadana, la delincuencia y la violencia, las cuales originan la muerte de muchos peruanos y expresan el poco respeto a la vida y a la dignidad de las personas, como hijos de Dios”, sostuvo.
Señaló que hay situaciones tensas que crean desconfianza y recelo, y que suscitan temores para expresar las ideas con libertad.
“La Iglesia, defensora de los derechos de la persona y del bien común, no puede quedarse indiferente ante estos hechos, por eso invoco al diálogo y la reconciliación para hacer realidad la Vida Nueva que nos trae Cristo Resucitado”, expresó.
Refirió que el Papa Benedicto XVI ha recordado que la atención a la vida del ser humano debe estar en el centro de todo verdadero progreso y, para que éste se produzca, no basta el crecimiento económico, sino que también se debe trabajar en un verdadero desarrollo integral del ser humano.
De otro lado, el desarrollo humano es imposible sin seres humanos que actúen rectamente, sin operadores económicos y agentes políticos que sientan fuertemente en su conciencia la llamada al progreso y al bien común, agregó.
“En este sentido, la calidad de vida de las personas está fuertemente vinculada a la salud de las instituciones del país; por eso es necesario que los poderes del Estado, de acuerdo a su naturaleza, continúen respetando su legítima autonomía y complementándose en el servicio al bien común, teniendo en cuenta que la calidad institucional es el camino más seguro para lograr la inclusión de todos en la comunidad nacional”, subrayó.
Afirmó que la situación de los más desposeídos no debe dejar insensible a toda la Nación.
“Este es un pedido que reitero porque se trata de una deuda que -si bien se vienen haciendo esfuerzos por saldarla- aún sigue vigente, y que se lee en los rostros de miles de hermanos que no llegan a vivir conforme a su dignidad de hijos de Dios”, expresó.
Por ello, dijo, es el momento de privilegiar la promulgación de leyes que respondan a las necesidades reales de nuestro pueblo, y que tomen en cuenta la naturaleza de la persona humana, de la familia y de la sociedad.
“No hay mejor gesto de un pueblo que celebra unido, que el incorporar a los que están marginados, manifestando así verdadera solidaridad”, enfatizó.
“Exhorto a nuestros fieles y a todas las personas de buena voluntad a orar intensamente a Dios, Nuestro Señor, pidiéndole que ilumine a nuestros gobernantes y legisladores para que conduzcan con certeza los destinos del Perú y no vacilen en expresarse en la defensa y promoción de los grandes valores que forjaron nuestra nacionalidad y que constituyen la esperanza de nuestra Patria”, dijo.
En ese sentido, me permito recordar la frase significativa: “Viva la Vida”, expresada por un gran pensador peruano cuando convalecía de una grave enfermedad.
“Que el Señor de los Milagros bendiga a nuestro pueblo dándole valor para vencer los miedos y testimoniar su compromiso humanitario y cristiano, haciendo grande este Perú: preciado don que Dios ha puesto en nuestras manos”, finalizó. Fuente: ANDINA