Advierten que el consumo de lonchera “chatarra” en el futuro pueden conllevar la aparición de graves enfermedades al corazón, obesidad o diabetes, según indicó la decana del Consejo Regional del Colegio de Nutricionistas del Perú, Roxana Fernández.
“El perjuicio que trae una lonchera chatarra a un escolar en sí, es por el contenido de grasas saturadas que tiene y éstas grasas a la larga obstruyen las arterias, hecho que a lo largo del tiempo puede conllevar a problemas del corazón, obesidad, diabetes, entre otros”, explicó la nutricionista a la Agencia Andina.
Por ello, Fernández señaló que se deben descartar las frituras, gaseosas, chocolates y caramelos de una lonchera, los mismos que pueden ser sustituidos por alimentos hechos en casa, así como por frutas, verduras y propiciar el consumo de agua.
Asimismo, dijo que una lonchera cumple la función de cubrir el gasto energético que tiene el niño a consecuencia de las horas de estudio y de la actividad física que realiza en el receso, por ello la lonchera debe estar compuesta por alimentos que proporcionen energía.
La nutricionista dio que los niños pueden llevar pan integral acompañado por algún embutido bajo en grasas como el jamón de pollo, de pavo o pavita, hot dog de pollo, También cereales integrales, galletas sin rellenos y kekes caseros, así como productos andinos como la kiwicha atómica y la quinua confitada.
También dijo que los escolares pueden consumir yogur o queso; así como alimentos con grasa vegetal, como el maní, pecanas, palta y aceitunas.
A su vez, señaló que las frutas y verduras no pueden faltar. En el caso de las bebidas dijo que pueden ser infusiones, agua de cebada, agua de manzana, de piña. Se debe aprovechar las frutas de estación como papaya, melón, sandía, fresas y naranja.
Fernández resaltó que es importante recordar que la alimentación se inicia con el desayuno en casa.
“Así nos estamos asegurando que el niño comience el día bien alimentado. Además se debe tener en cuenta que las loncheras no cumplen un rol de reemplazar ni al desayuno ni al almuerzo, sino es un refrigerio que cubre el gasto energético que el niño realiza en la hora de recreo”.
También indicó que la educación alimentaria comienza por casa, “es necesario rescatar los momentos de compartir en familia sentados en la mesa, incorporando vegetales y frutas, así se acostumbra a los niños a ver estos alimentos como algo normal y no les extrañará consumirlos en la escuela, haciendo más fácil tener esa sana lonchera escolar”. Fuente: ANDINA
