
Tal es el pensamiento de Mario Amorós, presidente de la Asociación Peruana de Lectura (Apelec), entidad que viene organizando, desde el 30 de julio hasta el 1° de agosto, el 10º Congreso Latinoamericano de Lectura y Escritura y primer Congreso Nacional para el Desarrollo de la Lectura y la escritura, que recibe el subtítulo de Nuevos desafíos y posibilidades.
El congreso, calificado de interés nacional por el Ministerio de Educación, recibirá a ponentes nacionales e internacionales (Europa, Estados Unidos y América Latina) de destacado nivel académico. Asimismo, rendirá homenaje a la labor pedagógica y testimonial de Luis Jaime Cisneros.
Asignatura pendiente
Amorós indica que los bajos índices de lectura en nuestro país se deben, en buena parte, a la falta de estímulos subyacentes en el ámbito rural, a diferencia de los que reciben los niños en la urbe.“En la ciudad encuentras mucho texto, pero en el ámbito rural, no. Para que fructifique la lectura debe existir texto escrito.
Nosotros nos basamos en los indicadores del Ministerio de Educación y las pruebas de nivel internacional, como PISA. Y a raíz de estas pruebas nos damos cuenta de que nuestros niños no son lectores calificados. Tienen un nivel muy bajo. Para la eficacia en la lectura es importante la velocidad, de acuerdo con el nivel del lector. Los padres y los maestros deben otorgar a los niños el libro adecuado a su edad y sus intereses.”
En ese sentido, Amorós reivindica el libro de entretenimiento, a partir del cual los niños adquieren la capacidad para saltar a otro tipo de texto escrito. “Los niños actúan de por sí, porque han hecho suyo el interés y el placer por la lectura, que descubren jugando. Adquieren así la capacidad para cualquier tipo de texto a los que la vida los enfrenta, textos que van desde lo lúdico hasta lo práctico.” Por lo que, el congreso promueve una reflexión que espera alcanzar todas las capas de la sociedad.
“El objetivo es lograr una toma de conciencia no sólo de las autoridades y toda la ciudadanía, preferentemente de los maestros, a fin de que ellos sean más comprometidos de que la lectura es más que todo el ejercicio de un derecho, una de las capacidades que el hombre necesita para otras necesidades, sobre todo para el mejoramiento de su calidad de vida.”