
Afirmó que experiencias similares aplicadas por el Gobierno en el área educativa, durante 2006, en que la propia comunidad fue la encargada de elegir, ejecutar y fiscalizar una obra concreta, como la construcción de aulas, resultaron muy positivas.
"Lo cual demuestra que cuando la comunidad se organiza y existe la supervisión de un ente gubernamental (en este caso fue el Ministerio de Educación), se pueden utilizar con éxito sistemas no tradicionales para darle celeridad al gasto en beneficio de la población más pobre", dijo a la Agencia de Noticias Andina.
Matute señaló que cuando la cantidad de dinero que manejan los núcleos ejecutores es menor y cuando se reduce la discrecionalidad para hacer proyectos concretos, se garantiza el éxito de ese modelo. “Los núcleos ejecutores son perfectamente viables y van a agilizar y descentralizar la ejecución del gasto, porque es poco probable, por su misma composición, que sean focos de corrupción.”
Refirió que si el Fondo Nacional de Cooperacion para el Desarrollo (Foncodes) lleva un adecuado control de las obras realizadas por los núcleos ejecutores y se cuenta con el acceso informático básico, la Contraloría puede realizar una fiscalización por muestreo.
Sostuvo, además, que esta institución tiene la capacidad de efectuar dicha labor.
Recordó que ese mismo mecanismo fue utilizado la Contraloría para fiscalizar las obras hechas por los padres de familia en la construcción de aulas, bajo la supervisión del Ministerio de Educación.