A pocos días de finalizar el año escolar, el psicoterapeuta Manuel Saravia pidió a los padres que eviten castigar drásticamente a sus hijos por obtener bajas calificaciones e invitó a reflexionar sobre dicha situación al sostener que estos resultados también son el reflejo de la calificación de los padres.
El especialista y director del instituto Guestalt consideró que los castigos físicos e inmediatos como la prohibición de desarrollar alguna actividad recreativa no son las medidas más apropiadas para corregir los errores cometidos durante el año escolar.
“Los padres tienen que analizar las bajas notas con una actitud reflexiva, para identificar los errores de sus hijos y aceptar los propios. Si infunden miedo, los niños pueden tomar acciones fatales”, señaló el psicoterapeuta al referirse al intento de suicidio de una menor en Huánuco por haber reprobado el año escolar.
En diálogo con la Agencia Andina, Saravia propuso que las medidas correctivas apunten a reforzar las capacidades académicas del menor y a limitar el tiempo de las actividades que pudieron haber generado las bajas calificaciones.
Respecto a la presión que algunos padres ejercen sobre sus hijos para que consigan las notas más altas u ocupen el primer puesto en el aula, sostuvo que la motivación para buscar la superación diaria es importante, pero no debe llegar a extremos de aturdir a los menores.
“Los logros académicos reflejados en notas son importantes, pero no los únicos. Los padres deben dar una mirada más global evaluando también el desarrollo de capacidades emocionales, sociales o físicas”, recomendó el especialista.
Enfatizó, además, en la importancia del acompañamiento que los padres deben tener hacia sus hijos durante todo el año, para identificar inconvenientes no sólo de orden académico, sino también emocional.
“Si un niño sufre de bullying o violencia en el aula y los padres no lo apoyan porque desconocen la situación, el menor probablemente bajará en su desempeño escolar”, advirtió.
Deben crear contextos adecuados
Saravia también refirió que los padres de familia deben crear contextos adecuados que permitan a sus menores hijos desarrollar sus actividades académicas con paz y tranquilidad, en espacios físicos que no los perturben.
Advirtió que los problemas familiares de cualquier índole –como el divorcio o la separación– repercuten en el desempeño académico de los menores, causando, en algunos casos, la reprobación del año escolar. Fuente: ANDINA
