El premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa, afirmó que nunca usaría a sus personajes literarios para defender sus ideas políticas, pues terminaría por restar credibilidad a sus obras.
“Cuando yo escribo una novela no es para defender mis ideas políticas o religiosas, escribo para contar historias, trato de mantener una actitud respetuosa hacia mis personajes, porque si no lo hiciera los convertiría en marionetas”, sostuvo.
El afamado escritor indicó que si defendiera sus ideas políticas a través de la literatura sería poco persuasivo en las historias que escribe.
Durante el conversatorio en torno a su última obra publicada, “El sueño del celta”, sostuvo que no pensó escribir este relato, sino que fue surgiendo poco a poco, sin tomar conciencia de ello, cuando empezó a leer sobre el cónsul inglés de origen irlandés, Roger Casement.
El literato arequipeño explicó que fruto de esas lecturas llegó a acumular suficiente información para pensar que era necesario crear una historia basada en este personaje.
Por otro lado, Vargas Llosa dijo esperar que los homenajes y celebraciones por el premio Nobel terminen pronto, para tener la libertad de sentarse en su escritorio a seguir pensando, escribiendo y cultivando su pasión.
Al comentar el contexto de su última obra, ratificó que el nacionalismo en el mundo ha sido una de las peores fuentes de la historia, debido a las matanzas vividas y las guerras mundiales acontecidas.
“Estar contra el nacionalismo no quiere decir que uno tiene que estar a favor del imperialismo (…) hay una etapa en que los nacionalismos son justificables cuando representan una lucha contra el colonialismo; desgraciadamente es una actitud contra el otro”, afirmó.
Dicho conversatorio se realizó ayer en el Museo de la Nación e intervinieron los escritores Alonso Cueto, Juan José Armas, José Miguel Oviedo, David Gallagher y Efraín Kristal. Fuente: ANDINA