"Año de la Integración Nacional y el Reconocimiento de Nuestra Diversidad"

miércoles, 5 de enero de 2011

Exceso de cursos o actividades en vacaciones elevan el estrés en los niños

El director del Instituto Guestalt de Lima (IGL), el psicólogo Manuel Saravia Oliver, pidió a los padres de familia no recargar a sus hijos de actividades durante las vacaciones, sino inscribirlos en pocos cursos que los relaje o los ayude a elevar su autoestima.

Saravia señaló que la tendencia de los padres en esta temporada es copar los horarios de sus hijos a fin de “tenerlos controlados”, sobre todo cuando ellos se encuentran en sus centros de trabajo.

“Los padres no piensan que sus hijos vienen de un largo de período de clases escolares. Ahora que se encuentran fuera del colegio, los niños quieren aprovechar este tiempo para jugar, correr, divertirse con sus amigos y desarrollar algunos 'hobbies', pero sin ningún tipo de presión", refirió.

Según dijo, matricularlos en varios cursos generará una actitud hostil, rebelde y hasta depresiva porque el niño no encontrará un espacio libre para realmente respirar o relajarse, que son los verdaderos objetivos de las vacaciones de verano.

“En realidad, llenarlos de asignaturas o talleres ocasionará más perjuicio que otra cosa porque eleva los niveles de estrés y ansiedad. Los chicos deben estudiar algo que les pueda servir pero también compensarlos con una actividad extracurricular que sea súper motivadora. No todo pueden ser exigencias, debe haber un taller que los divierta, que los haga sentir bien, de esa manera usted podrá concluir que las vacaciones fueron realmente provechosas”, afirma.

¡Sacando el jugo a las vacaciones!

El tiempo libre de vacaciones es propicio para buscar nuevas opciones y tomar clases de música, desarrollar otras expresión artísticas como la danza, pintura, practicar deportes y otras relacionadas a la valoración de sí mismo, nuestra naturaleza y patrimonio cultural.

Saravia indica que es importante que los hijos se sientan a gusto con lo que van a hacer. "No se les puede obligar a llevar los cursos tradicionales que exigen más concentración porque terminarán haciéndolo de mala gana".

"Esta demostrado que si las actividades se imponen y no son del total agrado de sus hijos, puede llegar al extremo de provocarles traumas que los marcarán de por vida, por lo cual hay que intentar, por lo menos, tomarse un tiempo para saber qué es realmente lo que les puede interesar”, finalizó. Fuente: ANDINA

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