(ANDINA)- El Perú da un paso más en el objetivo de consolidarse como una sociedad democrática con la puesta en marcha del Museo de la Memoria, afirmó hoy el presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), Diego García-Sayán.
Según dijo, toda sociedad que vivió una tragedia en la que se ha desgarrado internamente por la violencia o por la intolerancia, tiene la obligación de labrar su futuro, analizando el pasado y por qué se llegó a ese tipo de consecuencias.
Sostuvo que por ello es importante que el país reflexione sobre ese periodo de violencia desatado por los grupos terroristas como Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
“Y este museo tiene que rendir una memoria a todas las víctimas de la violencia, y no orientarse a cuestionar o criticar a nadie particular, sino a promover valores”, declaró a la Agencia Andina.
Reconoció que el Perú dio un paso muy importante con la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR), cuyos integrantes elaboraron un informe de análisis de los motivos que originaron la ola de violencia subversiva que afectó al país en las décadas del 80 y 90.
“Pero un informe, un texto, no es suficiente. Por eso creo que Perú dio un nuevo paso como sociedad democrática con el Museo de la Memoria (…) Debe ser un espacio de reflexión, de análisis crítico para que se conecte siempre el futuro del país con un pasado que sería muy grave olvidar o soslayar”, comentó.
En la víspera, García-Sayán participó de la entrega del terreno cedido por la Municipalidad de Miraflores para la construcción del recinto, el cual, por disposición del Gobierno, debe representar con objetividad y espíritu amplios, la tragedia que vivió Perú con el terrorismo.
El jurista también consideró que el rechazo de algunos sectores al establecimiento del Museo de la Memoria es producto de personas que promueven ideas contrarias al proceso de reconciliación, y que a su juicio, “encarnan básicamente una posición intolerante”.
Por ello, destacó la necesidad de desterrar de la opinión pública aquella idea equivocada del museo como instrumento para atacar de alguna manera a las Fuerzas Armadas o a la Policía Nacional, cuyos efectivos lucharon contra las agrupaciones sediciosas.
García-Sayán diferenció claramente que el proceso judicial a algunos miembros de las fuerzas del orden, por violación a los derechos humanos, no implica en lo absoluto una actitud crítica hacia las instituciones en su conjunto.
“El Museo de la Memoria, bajo ninguna circunstancia, puede señalar con el dedo acusador a nadie, mucho menos a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional (…) porque fueron instituciones fundamentales en el restablecimiento del orden público del país”, aseveró.
Finalmente, destacó que ese mismo propósito de reconciliación se observa en Chile, donde el próximo 10 de enero se inaugurará un Museo de la Memoria con los mismos propósitos que tiene su similar peruano.
Según dijo, toda sociedad que vivió una tragedia en la que se ha desgarrado internamente por la violencia o por la intolerancia, tiene la obligación de labrar su futuro, analizando el pasado y por qué se llegó a ese tipo de consecuencias.
Sostuvo que por ello es importante que el país reflexione sobre ese periodo de violencia desatado por los grupos terroristas como Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
“Y este museo tiene que rendir una memoria a todas las víctimas de la violencia, y no orientarse a cuestionar o criticar a nadie particular, sino a promover valores”, declaró a la Agencia Andina.
Reconoció que el Perú dio un paso muy importante con la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR), cuyos integrantes elaboraron un informe de análisis de los motivos que originaron la ola de violencia subversiva que afectó al país en las décadas del 80 y 90.
“Pero un informe, un texto, no es suficiente. Por eso creo que Perú dio un nuevo paso como sociedad democrática con el Museo de la Memoria (…) Debe ser un espacio de reflexión, de análisis crítico para que se conecte siempre el futuro del país con un pasado que sería muy grave olvidar o soslayar”, comentó.
En la víspera, García-Sayán participó de la entrega del terreno cedido por la Municipalidad de Miraflores para la construcción del recinto, el cual, por disposición del Gobierno, debe representar con objetividad y espíritu amplios, la tragedia que vivió Perú con el terrorismo.
El jurista también consideró que el rechazo de algunos sectores al establecimiento del Museo de la Memoria es producto de personas que promueven ideas contrarias al proceso de reconciliación, y que a su juicio, “encarnan básicamente una posición intolerante”.
Por ello, destacó la necesidad de desterrar de la opinión pública aquella idea equivocada del museo como instrumento para atacar de alguna manera a las Fuerzas Armadas o a la Policía Nacional, cuyos efectivos lucharon contra las agrupaciones sediciosas.
García-Sayán diferenció claramente que el proceso judicial a algunos miembros de las fuerzas del orden, por violación a los derechos humanos, no implica en lo absoluto una actitud crítica hacia las instituciones en su conjunto.
“El Museo de la Memoria, bajo ninguna circunstancia, puede señalar con el dedo acusador a nadie, mucho menos a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional (…) porque fueron instituciones fundamentales en el restablecimiento del orden público del país”, aseveró.
Finalmente, destacó que ese mismo propósito de reconciliación se observa en Chile, donde el próximo 10 de enero se inaugurará un Museo de la Memoria con los mismos propósitos que tiene su similar peruano.
