La aplicación de las sanciones a los peatones que infringen las normas de tránsito es un acierto porque ayudará a tomar conciencia a los transeúntes respecto del papel que desempeñan como integrantes de una cultura vial.
La mayoría de peatones burlan la ley a costa de todo. Por eso es lamentable que se tenga que recurrir al castigo para que asuman su responsabilidad. Sin embargo, es alentadora la oportunidad para que el ciudadano corrija su error y preste servicios comunitarios, entre ellos, enseñar a los escolares a aplicar de forma correcta el Reglamento de Tránsito.
Los adultos debemos servir como ejemplo a las generaciones que hoy se forman en las escuelas, transmitirles el respeto a las reglas establecidas y romper ese círculo vicioso de la cultura criolla en la que sobresale el que irrespeta la ley.
Las charlas informativas que iniciará el Ministerio de Transportes y Comunicaciones en conjunto con la Policía Nacional, deberán ir de la mano con otras iniciativas similares como la que desarrolla Pro Transporte en el Centro de Lima, en la que un grupo de mimos recuerda a los peatones las señales de tránsito, valiéndose de la creatividad y el ingenio.
Cada alcalde distrital debería replicar esta iniciativa, apoyándose de líderes juveniles y escolares para formar la cultura del respeto. Hay muchos peatones que con su imprudencia ponen en riesgo su vida y la de los demás. Solo la valoran cuando ocurren hechos trágicos que todos lamentan.
El apuro muchas veces nos impide escuchar esa voz que nos invita a reflexionar sobre la importancia de construir una sociedad en la que prime una cultura cívica y ciudadana.
Con la misma intensidad con la que se pretende sancionar al peatón también debiera sancionarse a los conductores, sobre todo a los del transporte público que en muchas ocasiones demuestran importarles poco la vida de los pasajeros.
El problema del transporte es un tema crucial en la agenda electoral. Educar al peatón y al conductor, infraestructura adecuada y normas que permitan solo la circulación de vehículos aptos; son tres aspectos a tomar en cuenta.
Los maestros deben reflexionar con sus alumnos sobre la responsabilidad que debe tener un peatón al cruzar la pista, al respetar la luz del semáforo, al subir o bajar de un auto. Organizar a los alumnos para realizar campañas permanentes sobre el respeto a las normas de tránsito.
Los textos escolares deben transmitir una mirada crítica y reflexiva sobre este tema que se puede tratar en varias áreas curriculares.
Propongo un concurso en el que se premie al distrito cuyos peatones y conductores se esfuerzan a diario por cumplir a cabalidad el reglamento de tránsito. Fuente: EL PERUANO