Alberto "Chicho" Durant. |
El presidente Alan García Pérez decidió este fin de semana observar la autógrafa de la Ley de Masificación del Cine y Fomento de Producción Cinematográfica Nacional. Esta determinación la tomó el Jefe del Estado luego de recoger múltiples pedidos formulados por los cineastas, que señalaban que la norma aprobada por el Congreso no fue lo suficientemente meditada e iba a ocasionar que se perdieran algunos beneficios que otorgaba el Estado al sétimo arte.
La propuesta de la nueva ley es retener el impuesto que iba destinado a las municipalidades, el 10 por ciento de las entradas, y repartirlo en partes iguales entre distribuidores, exhibidores y Conacine, institución que recibiría, además, unos 7 millones de soles adicionales del aporte estatal.
Consenso necesario
Los motivos para concordar con esta observación a la ley han sido diversos. Por ejemplo, el cineasta Alberto "Chicho" Durant, de la Asociación de Productores Cinematográficos del Perú, coincide con la medida por la pérdida de dinero que le ocasionaría al Estado.
Durant comenta que "es muy importante que se defina de dónde van a venir los recursos y cómo el Estado puede viabilizar a Conacine". Además, afirma, "ojalá salga una nueva ley del cine, en la que se pongan de acuerdo los diferentes gremios de cineastas".
Respecto al futuro de la norma, mencionó la necesidad de llegar a un consenso. Comentó el cineasta que "la ley está ahora en manos del Ministerio de Cultura, que debe decidir qué cosa es viable. Cuando entramos la sociedad civil o los cineastas hay mucha mala interpretación, mucho ruido".
Con un plan estratégico
Por su parte, el director Stefan Kaspar, miembro del Grupo Chaski, considera que "la ley, tal cual como se aprobó, no servía para mejorar la situación del cine en el país", pues para su institución "no es un asunto de cuánto dinero se reparte sino de tener una propuesta integral para el desarrollo del cine en el país.
Para Kaspar, primero se debe hacer un diagnóstico de la situación actual del cine peruano, ver qué rol tiene y si cumple con su responsabilidad de defender nuestra diversidad cultural, siempre en un consenso entre los distintos gremios. Luego, habría que organizar un plan estratégico de acción.
Caso chileno
Stefan Kaspar comparó el caso peruano con las normas de promoción en Chile, con las cuales se invirtió mucho más dinero. Indicó que se triplicó la producción de cintas y se financió hasta 72 festivales, pero sin lograr el efecto deseado, pues las películas no llegaron a los públicos objetivo. "Tomando ese ejemplo, vemos qué poco sirve el dinero", comentó el director de cine. Fuente: El Peruano.