"Año de la Integración Nacional y el Reconocimiento de Nuestra Diversidad"

jueves, 8 de diciembre de 2011

Falta de estímulos educativos y emocionales incidiría en aumento de madres adolescentes

DRELM - 08/12/2011.- La falta de estímulos educativos y emocionales podrían llevar a algunas adolescentes a optar por embarazarse, como una forma de escapar del sistema educativo y de tener una vida mejor y diferente, según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).


La investigación, denominada “El fracaso educativo: Embarazos para no ir a clase”, se realizó en Perú y Paraguay y recogió entrevistas a un total de 118 mujeres, de las cuales 80 estaban entre los 23 y los 33 años de edad.


Treinta y ocho tuvieron su primer hijo durante la adolescencia y 42 fueron madres después de la adolescencia. También se incluyó a 26 adolescentes actualmente embarazadas y a 12 de sus madres.

El objetivo del estudio fue ver, por ejemplo, las motivaciones de ciertas conductas o decisiones, e interpretar los motivos de la correlación entre embarazo y educación. Se determinó que las adolescentes carecen de incentivos para evitar embarazos e incluso los planean.

Las madres adolescentes entrevistadas abandonaron la escuela porque tenían pocas aspiraciones para su futuro y porque no creían poder transformar su propia existencia por medio de la educación, ya que esta era muy deficiente en sus países.

Asimismo, algunas jóvenes buscaron la maternidad para evitar ir a la escuela, añade el informe del BID.

El estudio tuvo por objetivo interpretar datos cuantitativos que muestran que las madres adolescentes completan dos a tres años menos de educación que las demás mujeres.

Según datos del BID recogidos en seis países (Bolivia, Haití, Colombia, Nicaragua, Perú y República Dominicana), la relación entre el embarazo de adolescentes y los niveles de educación parecen ser más fuertes en América Latina que en otras regiones.

Según la Organización Iberoamericana de Juventud (OIJ), la tasa de embarazos entre adolescentes en América Latina es de 80 por mil, o casi un 50 por ciento más alta que el promedio mundial. Fuente: ANDINA

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